Distanciamiento físico, lavado de manos frecuente, uso de mascarillas y cuarentenas, fueron algunas de las principales recomendaciones que empezaron a cambiar drásticamente nuestros hábitos. Así el mundo se preparaba para enfrentar una de las amenazas a la salud de toda la humanidad, más grande del último siglo.
A mediados de marzo cuando se presentaron los primeros casos de contagios por Coronavirus en nuestro país en el marco de la pandemia que aún azota a todo el mundo, muchas actividades de distintas índole debieron detener sus labores o readecuarse en sus jornadas implementando condiciones estrictas de seguridad en materia sanitaria, impuestas por los organismos líderes como la OMS a nivel global, como también de los respectivos gobiernos locales de cada país.
De las consecuencias y efectos de esta emergencia sanitaria, podríamos dar innumerables ejemplos, pero en esta entrevista realizada al Dentista y Director de la Clínica Dental de la Fundación de Salud del Sindicato Collahuasi, Pablo López, quien desde el 2016 está a cargo de llevar adelante la dirección de la clínica, nos da cuenta de cómo se ha enfrentado el difícil desafío que implica trabajar en el rubro de la salud en tiempos de pandemia.
¿Podrías relatarnos cómo fue el proceso de paralización de funciones y readecuación de la Clínica dental de la Fundación a la que se vieron obligados a realizar durante esta pandemia?
La primera segunda semana de marzo cuando empezaron los casos más frecuentes de contagio en el país, y se empezó a evaluar a nivel nacional en términos odontológicos que podía suceder nosotros decidimos suspender algunas atenciones que traen a la clínica una mayor cantidad de gente y básicamente era ortodoncia y odontopediatría. A finales de marzo cuando cerraron los colegios, el día lunes 30 nosotros ya no estábamos atendiendo a ningún paciente. Solo empezamos a atender urgencias programadas de manera que tuviéramos tiempo de armar protocolos de trabajo y de bioseguridad que pudiesen ser compatibles. Pero esto no fue solo una idea nuestra, ya que a nivel de gremio odontológico en general hubo un shock importante de miedo de contagio para los pacientes y las posibles complicaciones legales que eso pudiese traer para la clínica, para el dentista o para el lugar donde se estaba haciendo la prestación.
Hasta el mes de abril se mantuvo esta situación, atendiendo pacientes de urgencia con todo el personal. Ya a mediados de mes se hizo una adecuación en los turnos de trabajo, en los que había un dentista y dos personas apoyando de las 7 u 8 que éramos hasta ese momento, de manera que no nos cruzáramos y no hubiese tantas personas en la clínica y así duramos aproximadamente hasta junio donde cerramos con 0% de atención.
¿Se establecieron protocolos de seguridad para poder retomar el funcionamiento?
En el mismo mes de junio armamos protocolos de atención ya que la evidencia científica ya nos demostraba que habían pocos riesgos de contagio en las prestaciones odontológicas a nivel mundial, es decir, no había evidencia potente que nos dijera que la gente se contagiaba en el dentista. Entonces decidimos abrir lentamente la agenda con jornadas reducidas de trabajo en términos de cantidad de pacientes y de dentistas, ya que antes de cerrar éramos 12 o 13 dentistas y en junio partimos con 2, uno por jornada, mañana y tarde respectivamente y a veces uno más apoyando por si se necesitara con algún paciente.
Durante este periodo de reinicio paulatino ¿Cómo se adaptó la clínica, estructuralmente hablando, respecto de las medidas sanitarias preventivas para enfrentar al COVID-19?
En julio ya se decidió comprar algunos equipamientos de purificación de aire con radiación UV-C, algunos equipamientos para dentro del box, con protocolos establecidos, elementos de protección personal y bioseguridad y manejo de bioseguridad de la atención clínica propiamente tal. Así nos permitimos intentar normalizar la atención con uno o dos box por jornada y con un flujo de pacientes un poco más estable de 7 a 8 personas al mismo tiempo dentro de la clínica, lo que hasta ese momento no se daba, pero nos habíamos preparado para eso.
Entiendo que además de las medidas de seguridad en cuanto a implementación de protocolos, equipos de purificación de aire, se han hecho otras inversiones con respecto a elementos de trabajo de uso exclusivo de las especialidades odontológicas ¿Es así?
Sí, esta semana o la próxima, llegan unos segundos equipamientos de succión de alta potencia, que son los que se ocupan para aspirar la saliva, pero con una potencia mayor a la normal, de manera que aspire el aerosol que se produce al funcionar con la turbina y los elementos de impulso rotatorio, que es lo que genera esa nube de aerosol y que es lo realmente peligroso y no la atención propiamente tal. Esto se dispara a dos metros de la boca del paciente en todos los sentidos y queda suspendido en el aire en un tiempo no determinado, por esto este instrumento es muy importante ya que evita que quede suspendido y hace que se vaya directo al ducto del desagüe.
Implementar la clínica con estas medidas tan estrictas debe haber tenido un costo económico importante ¿Cuánto significó esta inversión aproximadamente?
Respecto a los purificadores, compramos cinco, dos grandes para la sala de espera que purifican 100 m3/hr. que es suficiente para el espacio que disponemos y además 3 más pequeños que son de 50 m3/hr. para tres box de los cuatro existentes, en esto se invirtió entre 4 y 5 millones de pesos aproximadamente, incluyendo traslados e instalación. Con los tres equipos de succión que compramos se invirtieron alrededor de los dos millones de pesos. Bueno esto es respecto de equipamientos, pero día a día se reponen, batas, mascarillas, pantallas faciales, guantes, gorros, cubre calzados, amonio para desinfectar superficies, etc. lo que da un gasto mensual importante y se ha hecho un esfuerzo importante recurriendo a las utilidades de reserva que tuvimos en los años anteriores.
¿Qué sucedió durante el tiempo de cierre de la clínica con el personal que trabajaba, tanto administrativos como el profesional clínico, es decir, qué medidas se aplicaron con respecto a sus contratos laborales?
Se tomó una decisión que fue radical porque estimamos que acogernos a la suspensión laboral era más perjudicial para el personal que despedirlos en ese momento y pagarle los años de servicio y todo lo que corresponde porque no sabíamos cuánto íbamos a estar sin poder funcionar. No quisimos portar por la suspensión porque las personas se iban a comer sus ahorros de la AFP y si no podíamos reiniciar funciones esas personas igual habrían sido despedidas ya no habrían tenido ahorros para el seguro de cesantía. El compromiso era que de a poco íbamos a reincorporar a esos trabajadores y trabajadoras una vez que tuviéramos un funcionamiento un poco más normal y de hecho así fue, se acaba de reincorporar una de las personas que habría sido despedida y así seguiremos sumando de acuerdo a la nueva mecánica de trabajo y la cantidad de pacientes que se puedan atender.
¿Cuando se empieza a ver una suerte recuperación de la “normalidad” dentro del funcionamiento de la clínica dental?
Esto fue recién en el mes pasado, en agosto, cuando ya teníamos el comportamiento interno de la clínica de las asistentes, de la secretaria y de los dentistas, más o menos programados en la conducta diaria, de manera que funcionaran bien los protocolos, ahí empezamos con citas más frecuentes de pacientes en todo agosto. Normalmente eran dos dentistas por jornadas y unos cinco pacientes atendidos por cada dentista en la misma jornada.
¿Con cuánto personal cuenta la clínica para funcionar normalmente y actualmente cuantas personas están trabajando?
Son 13 dentistas, 5 asistentes, 1 secretaria, 1 administrativa y 1 personal de aseo, eso en la normalidad de funcionamiento. Además de las dos personas que se hacen cargo de la óptica. Cuando se realizaron los despidos nos quedamos cuatro personas sosteniendo las urgencias. Hoy estamos trabajando con tres asistentes, la persona encargada de finanzas y administración y tres dentistas aparte de mí y todavía tenemos espacio para otros siete dentistas más. En octubre si podemos normalizar más la atención recuperaremos otra asistente más.
Antes del Coronavirus ¿Cuál era el flujo de pacientes que se atendía en la clínica en forma mensual o anual?
Nosotros tenemos una estadística del año pasado que es por atenciones, es decir por vez que el paciente va a la clínica, así tuvimos unas tres mil atenciones en el año. Por ejemplo en ortodoncia los días miércoles en la tarde en tiempos normales, tenemos entre 35 y 45 pacientes, eso de 15:30 a 18:30 hrs, atendiendo en 3 sillones paralelamente. Ahora tenemos 15, es decir la clínica está a un tercio de su funcionamiento.
Considerando que las condiciones sanitarias de la clínica ese han extremado, ¿Cuáles serían las exigencias sanitarias que habrían para los pacientes que van a atenderse?
Tenemos también un protocolo standard que consiste en un cuestionario de atención que se les hace a los pacientes cuando se los contacta por primera vez. Luego cuando llegan a la clínica se les exige que entre solo el paciente, ni mucho antes ni después de su hora de atención. Vuelve a llenar el cuestionario, lo firma y se les toma la temperatura. Posteriormente pasa a un área de transición, donde se realiza una limpieza de zapatos, se viste con una bata y gorro, además de lavado de manos con alcohol gel. Luego pasan al mesón de atención siempre y cuando no haya nadie esperando ser atendido en ese lugar. Así pasa a la sala de espera y al box correspondiente. Lo otro que hacemos es que, en condiciones normales se hacía una higienización simple del box, ahora se hace un aseo terminal, con cloro o amonio cuaternario de acuerdo a las superficies, en pisos, sillón, mesones, etc., demás de cambiar las batas y un estricto lavado de manos.
¿Cómo has visto el comportamiento de los pacientes frente a las exigencias de seguridad en materias sanitarias, Cómo han recepcionado estos estrictos protocolos y medidas?
En general los pacientes se lo han tomado con gusto y con agradecimiento ya que entienden que el esfuerzo que se hace de vestirlos a ellos y vestirnos nosotros como astronautas es para protegernos todos. En todo caso no tenemos mucha flexibilidad en este sentido, por obligación deben hacerlo. Siempre hay algún caso aislado que no le gusta usar el gorro por cuidar el peinado, pero no hay discusión ni alternativa.
Bueno, además de la clínica dental está la óptica sindical, ¿Qué me puedes decir respecto de su reapertura? ¿Se ve para pronto?
Según algunas conversaciones que he tenido con Felipe, es que ya se está empezando a retomar el proceso de apertura, pero yo creo que se va a demorar un poco porque desde mi perspectiva debe tomarse con mayor sapiencia para poder comenzar de una manera más ordenada. hay venta de productos y requiere realizar inventarios con las personas adecuadas, ingresar la información a un sistema etc., entonces tengo la sensación de que esa área comercial de la fundación va a demorar un pco más, pero esperemos que no, porque es un beneficio para los socios y socias.
La Fundación ha sido un proyecto muy bien posicionado y también muy beneficioso para los socios y socias del sindicato, además de sus familias ¿Cómo viste tú su futuro en un momento en que todo lo avanzado se veía empañado por la amenaza del coronavirus?
No podemos parar el trabajo, tenemos que adaptarnos a los nuevos cambios. Uno estando ahí todo el día y todos los días es más rutinario y dejamos de apreciar que de afuera la visión que se tiene de la fundación es una institución importante, para las y los socios y sus familiares. Nosotros perdemos un poco la noción de cómo se observa desde afuera, pero lo intentamos de hacer sin mucho cuestionamiento y de la mejor forma posible.
Área de Comunicaciones
Sindicato de Trabajadores Collahuasi