Afectados relataron un historial de agresiones, amenazas y explotaciones de las que fueron víctimas casi un centenar de trabajadores chinos en dos empresas instaladas en la Región de Coquimbo por un empresario asiático. Tras años de temor decidieron denunciar los hechos, que hoy estarían siendo investigados. La noticia del fallecimiento de un trabajador extranjero en el sector de El Panul despertó dudas y generó confusión en la comunidad, debido a lo extraño del caso y a los pocos antecedentes manejados de manera preliminar por la policía, que si bien reconoció que existía documentación, no se había podido establecer su identidad. El hombre murió aplastado por un portón, en un terreno donde cuidaba los conteiners de una empresa constructora de casas prefabricadas, y pese a que todo indicaría que no hubo participación directa de terceras personas en el hecho, se trataría de un caso mucho más complejo que un accidente laboral ordinario, como se pensaba inicialmente. Se trata de Zhiliang Li, un ciudadano chino que llegó a Chile en agosto de 2017, traído al país por la empresa LSK House, una constructora china, propiedad de Shao Kun, empresario que además es dueño de la minera China Co., que tiene sus faenas en el sector de Pejerreyes en la comuna de Ovalle. La minera actualmente estaría siendo investigada por un caso de posible tráfico de inmigrantes y trata de personas, luego de ser denunciada en un total de siete querellas presentadas al Ministerio Público, las que están siendo investigadas por el departamento especializado en este tipo de delitos en la Policía de Investigaciones de la ciudad de Santiago.
Historia sale a la luz.
El caso quedó al descubierto luego de que la rabia e impotencia de uno de sus ex trabajadores superara a su miedo y se atreviera a hablar de lo que vio durante más de siete años, cuando estuvo trabajando con Shao Kun. Tomas Lu es un ciudadano chino que hace diez años llegó a Chile en busca de nuevas oportunidades.
Cerca de seis años fue gerente de China Co. y también desempeñó sus funciones en la constructora LSK House, como comúnmente sucedía con todos los trabajadores de las empresas, que pese a tener distintas personalidades jurídicas, sus empleados -todos chinos- se movían entre ambas a disposición de su dueño. La muerte de Zhiliang Li terminó por convencerlo de hablar, antes no lo hizo por miedo, asegura, ya que fue víctima de amenazas y constantes agresiones por parte del empresario, quien habría traído a todos sus trabajadores bajo engaños y los habría explotado durante años, incluso ocultando accidentes laborales. “Mantenía armas, una vez me disparó en una casa en Gabriel Gonzales Videla. aún tiene los hoyos de los disparos. Me disparó para asustarme, me mantenía amenazado”, Tomas Lu, exgerente de la empresa El mismo Tomas fue el encargado de pasar a buscar al fallecido al terminal y conocía su historia, “era una persona mayor ya, al día siguiente de su llegada lo mandaron al Panul a cuidar una faena que tiene cerca de 200 contenedores. Lo tenía viviendo en un contenedor de 20 pies, cocinaba y dormía ahí, cuidando solo el lugar las 24 horas del día, la empresa le llevaba comida una vez por semana”, relata.
Atemorizados y limitados por un idioma y una cultura que no conocían, no denunciaron los hechos, pese a que incluso en oportunidades fueron amenazados con armas. “Tenía muchas armas de fuego, hasta ametralladoras. Las compraba a través de un tercero y siempre las llevaba a la faena e intimidaba a la gente”, revela el exgerente de la empresa. Incluso Tomás, que llegó en condiciones bastante mejores a las del resto de los empleados, no se atrevía a hablar, ya que una vez llegaron hasta una casa propiedad de la empresa y le dispararon, “me mantenía amenazado, me decía que conocía a todos los funcionarios de la embajada china y hasta a los altos cargos de la PDI, nosotros no podíamos hacer nada contra ellos”, sostuvo.
La minera entró en una liquidación forzosa en febrero de 2018 y cuando se realizaron las acciones judiciales se encontraron los pasaportes y documentos de los trabajadores. Tomas Lu comenta que el dueño lo hacía para evitar que recurrieran a la policía, porque además ninguno manejaba el idioma, a diferencia de él. Una vez que Kun volvió a China y comenzaron las investigaciones, pudo contar lo que sabía.
Un sobreviviente.
Otra víctima confirmó el relato, se trata de Lin Jiayi, quien llegó a Chile bajo la promesa de desempeñarse como técnico para la planta de la minera China Co, pero una vez en el país fue obligado a manejar un cargador frontal, sin tener los conocimientos, ni ninguna experiencia en este tipo de labores. Como era de esperarse, en 2015 Lin tuvo un accidente laboral mientras manejaba la máquina y terminó con una grave lesión en un brazo, fue trasladado hasta una clínica, pero hicieron pasar el hecho como un accidente de tipo doméstico, lo que aseguran, pasaba con todos los casos de este tipo en las dos empresas. 50 mil pesos mensuales recibía Lin Jiayi, trabajador chino que denuncia graves maltratos y amenazas Su historia no terminó ahí, porque una vez que le quitaron los puntos de sutura a su herida, a dos semanas del accidente volvió a su puesto de trabajo de inmediato, en el mismo cargador. Su lesión se complicó y cuando dio el aviso de que sentía mucho dolor fue golpeado por el capataz y una vez terminada la faena lo trasladaron desde la minera a la constructora. Un tiempo después Lin fue enviado a Santiago a otras oficinas de LSK House. Llegó hasta Puente Alto a cuidar un terreno por sí solo, en condiciones similares a las del infortunado Zhiliang Li, con 50 mil pesos mensuales para vivir y sin contacto con otras personas. Las secuelas fueron graves y ahora no puede trabajar.
Quedó con cicatrices en su cuerpo, la que nos muestra para sustentar su relato.
Agradece que su caso no llegara al final lamentable que tuvo su compatriota, y decidió contar su historia para evitar una nueva muerte, y llevar ante la justicia a los responsables. Un historial de polémicas. Tomas Lu asegura que los trabajadores llegaron engañados, “venían a Chile como inversionistas, pero cuando llegaban acá los mandaban a trabajos que no tienen nada que ver”. Incluso, la misma minera, que en su momento causó polémica por su instalación en la comunidad de Pejerreyes, sería “un montaje”, “nunca explotaron una mina y cuando llegó de visita la gente del banco pusieron a funcionar la planta un par de horas”. Lu explica que Kun aprovechó el hecho de que debido a una falta de mineral en China, el gigante asiático financió empresas que salieran “a buscar mineral al mundo”, mediante créditos bancarios, pero en realidad, los fondos obtenidos se habrían usado en la constructora, ya que la minera nunca realizó los trabajos de explotación, de hecho, con el tiempo se convirtió en una planta procesadora. El caso en esos tiempos fue bullado, principalmente por el cese de pago de dos facturas que superaban los 32 millones de pesos y tras desistir de ampliar las extracciones de mineral, los mismos dirigentes vecinales que estaban en pie de guerra con la compañía desde su instalación aseguraban que no se veía ningún movimiento en el último tiempo, según consignó en sus páginas Semanario Tiempo en el mes de marzo de 2018.
“Al trabajador fallecido lo tenían viviendo en un contenedor de 20 pies, cuidando solo el lugar las 24 horas del día y llevaban comida una vez por semana”, Tomas lu, exgerente de la empresa Según los antecedentes conocidos hasta el momento, Shao Kun se encontraría en China. Tomas asegura que está al tanto de las investigaciones, lo que sería la razón de que desde hace casi un año no ha regresado a Chile, como lo hace habitualmente, lo que también lo motivó a dejar el miedo de lado y revelar lo que estaba detrás del cierre de la minera, lo que podría desencadenar en un caso de tráfico de inmigrantes, por cómo eran traído los afectados al país, y trata de personas, por las condiciones en que los mantenían “casi esclavizados”, sostiene. Pero asegura que su mayor motivación es que no vuelvan a ocurrir hechos como la muerte de Zhiliang Li, ya que si bien tenía conocimiento de accidentes que fueron callados, y constantes agresiones, lamenta, y confiesa que nunca hubiese esperado, que todo terminara en la muerte de un compatriota, a medio mundo de distancia de su familia.